3 de diciembre de 2021
Honduras es un país centroamericano con costas hacia el Mar Caribe al norte, colinda con el Océano Pacífico y El Salvador al sur, al oeste con Guatemala y al este con Nicaragua. El país consta de 18 departamentos y 298 municipios. Tiene una población estimada de 9.7 millones de habitantes. Es un país multiétnico. Alcanzó su independencia el 15 de septiembre de 1821. Se considera uno de los países más pobres de América Latina.
El 28 de junio de 2009, su presidente constitucional, José Manuel (“Mel”) Zelaya Rosales, fue derrocado mediante una maniobra que involucró a los militares, al Congreso Nacional y a la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa. El presidente Zelaya había llegado a la presidencia de su país enero de 2006 luego de haber obtenido el triunfo en las elecciones.
En la noche del golpe, Zelaya fue sacado en pijamas de su casa por militares hondureños siendo trasladado a la base de la fuerzaa aérea Soto Cano y desde allí a Costa Rica. Esta instalación operó años antes durante la década de 1980 bajo el nombre de Parmerola. Fue utilizada por los Estados Unidos en la guerra sucia desarrollada contra elgobierno sandinista en Nicaragua. Fue en Honduras donde se estructuró el llamado Escándalo Irán/Contras, sustentado en la compra de armas y trasiego de drogas.
Tras decretar su destitución como Presidente de la República, el Congreso de Honduras nombró en el cargo al presidente del parlamento a Roberto Micheletti. Como presidente impuesto, estableció un toque de queda en momentos en que el pueblo se lanzaba a las calles al grito de insurrección y regreso a la legalidad constitucional. El intelectural argentino Atilio Borón indica con razón, que este fue el primer “golpe blando o intitucional” promocionado por los Estados Unidos en la región. Señala que a este le siguieron los “golpes blandos” contra Fernando Lugo en Paraguay en 2012 y el de Dilma Rousseff en Brasil en 2016.
La represión en Honduras no se hizo esperar. Los muertos se contaron por cientos. Micheletti gobernó de facto hasta la toma de posesión del conservador Porfirio Lobo el 27 de enero de 2010 como resultado de unas elecciones amañadas celebradas a finales de 2009 en las que obtuvo la mayoría de los votos. Por esta vía se pretendió legitimar el golpe de Estado en momentos en que Honduras se encontraba semiaislada, producto del rechazo de la mayoría de los países del continente a los sucesos que llevaron a la destitución del presidente Zelaya.
El proceso de lelgitimación del golpe de Estado avanzó luego de que la Organización de Estados Americanos (OEA) levantara las sanciones a Honduras y terminara con su semiaislamiento. Países como los Estados Unidos y Canadá maniobraron desde el foro interamericano para mantener con respiración a los gobiernos hondureños nacidos de la ilegitimidad golpista.
Se indica que las razones precipitantes del golpe de Estado contra el presidente Zelaya fueron varias. En ellas se cuenta su intención de convocar una consulta al pueblo para convocar a una asamblea constituyente para la reformulación del estado hondureño. Así lo habían hecho antes Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador. Se indica además, su decisión como presidente de incorporar su país a la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) y la integración de Honduras a PetroCaribe; su apoyo a la Revolución Cubana y al proceso de cambio revolucionarios desarrollado por el gobierno de Evo Morales y el MAS en Bolivia; como también, a manera de enviar a los países latinoamericanos un mensaje de descontento por parte del gobierno de los Estados Unidos por la decisión adoptada por la OEA en su reunión del miércoles 3 de junio de 2009 en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, aprobando por aclamación la derogación de la sanción adoptada el 31 de enero de 1962 en Punta del Este (Uruguay) excluyendo a Cuba de la Organización de Estados Americanos.
A pesar de que la resolución contó con el apoyo de los 34 países de la OEA, incluido los Estados Unidos; su entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, maniobró para que se condicionara el regreso de Cuba a la OEA al resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del gobierno cubano y de conformidad con las prácticas, propósitos y principios del bloque hemisférico, que hasta ahora determina Washington.
Ese día, 3 de junio de 2009, la canciller hondureña Patricia Rodas leyó la breve resolución, que en su primer artículo deroga la sanción de 1962 y en el segundo artículo establecía la condición impuesta por Estados Unidos. Cuba nunca actuó solicitando ingreso en la OEA por lo que la determinación tomada se hizo sin el condicionante estadounidense.
En medio de aplausos, la canciller Patricia Rodas expresó que “hemos comenzado a construir una nueva historia. El hermano pueblo de Cuba ha sido desagraviado”.
El presidente Zelaya indicó entonces: “…la guerra fría ha terminado este día en San Pedro Sula”. Entonces no imaginaba que allí mismo, por linderos paralelos, Washington trabajaba en la continuidad de su tradición golpista, luego de la abrupta partida a medianoche de la Secretaria de Estado Hillary Clinton para no estar presente en la votación del miércoles 3 de junio. Para los Estados Unidos era evidente el propósito de mantener a las naciones del continente americano bajo su influencia y control, que se había resquebrajado con el surgimiento de la política bolivariana de Venezuela liderada por el presidente Hugo Chávez Frías en el marco de una unidad continental latinoamericana. Era el momento para los Estados Unidos de enviar un mensaje al resto de América Latina y con el golpe al gobierno de Zelaya lo hizo.
En el momento del secuestro y expulsión del presidente Zelaya, su esposa Xiomara Castro, como parte del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), asumió el liderato de las manifestaciones contra los golpistas y el reclamo del regreso de Zelaya a la presidencia del país. En el año 2013 Castro asumió la candidatura a la presidencia por el Partido Libertad y Refundación (Libre), fundado por su esposo Manuel Zelaya, y para las elecciones de 2017 fue su candidata a la presidencia. Castro ha sido, además, presidenta de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL).
A pesar de una propuesta inicial más radical, que incluía el derecho al aborto para las mujeres en Honduras, la educación sexual y la discusión en torno al racismo en las escuelas públicas, a los fines de limar contradicciones con sectores conservadores que le apoyaban, Castro dejó a un lado algunas de sus propuestas de reforma. Sectores políticos en el país también manifestaban su preocupación por los efectos que pudiera tener en las relaciones de Honduras con Estados Unidos, que la presidenta electa retomara algunos postulados que llevaron al golpe de estado contra Zelaya en el 2009. Aún así, su programa político no dejó de ser progresista y en términos generales, de izquierda.
En los Estados Unidos residen más de 1 millón de hondureños. La cifra de emigrantes en el pasado año fiscal se estima en unas 300 mil personas. Se trata de la segunda ola migratoria más grande hacia los Estados Unidos después de Mexico, ello a pesar de que México tiene una población 12 veces mayor a la de Honduras.
Históricamente los principales partidos políticos que a lo largo de más de un siglo se han disputado el poder en Honduras han sido el Partido Nacional y el Partido Liberal. En las pasadas elecciones, la hoy presidenta electa compareció nuevamente como candidata a la presidencia por el Partido Libertad y Refundación (Libre). Como indicamos, en las elecciones de 2017, donde Castro también fue candidata a la presidencia y no resultó electa, ésta denunció que las elecciones fueron fraudulentas.
En las recientes elecciones llevadas a cabo el 28 de noviembre de 2021, con un número récord en cuanto a electores participantes y habiendo articulando alianzas con otras fuerzas políticas, Xiomara Castro obtuvo la presidencia de la república. Su candidatura contó con el 53.52% de los votos, veinte porciento más que su rival más cercano, Masry Asfura, candidato del Partido Nacional que obtuvo el 33.95%; mientras Yani Rosenthal, candidato del Partido Liberal, obtuvo el 9.22%.
De acuerdo con el períodico digital The New York Times, en su edición del 28 de noviembre de 2021, Xiomara Castro “se convertiría en la primera mujer en liderar Honduras, así como la primera mandataria del país que postula y gana con una plataforma socialista.”
Las elecciones se desarrollaron en un clima en el cual casi 30 candidatos, activistas y familiares de éstos fueron asesinados. De acuerdo con María Albaladejo, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, citada por el periódico The New York Times, “los ataques letales contra políticos y activistas de partidos se incrementaron más del doble este año—en referencia al año 2017--, lo que convierte a Honduras en uno de los lugares más peligrosos del mundo para hacer campaña electoral.” Se indica que en las zonas rurales es donde más se manifiesta la ola de violencia.
El presidente saliente, Juan Orlando Hernández, ha sido acusado de sostener encuentros con narcotraficantes; de aceptar sobornos de parte de éstos; de hacer envíos de cocaína a los Estados Unidos; y de financiar su campaña con fondos provenientes de un cartel de las drogas de México. En el juicio seguido contra uno de sus hermanos en la ciudad de Nueva York, Antonio (Tony) Hernández por tráfico de drogas, el presidente saliente fue señalado por uno de los testigos en el proceso judicial como co-conspirador. De hecho, se indica que en el proceso judicial, uno de los testigos declaró que el dirigente del Cartel de Sinaloa, Joaquín (Chapo) Guzmán, había viajado dos veces a Honduras para entregar 1 millón de dólares en efectivo para la campaña electoral de Juan Orlando Hernández.
El medio electrónico señala también que el candidato del Partido Liberal, Yani Rosenthal, cumplió una condena en los Estados Unidos por realizar negocios con narcotraficantes.
Jeremy Kuzmarov, en escrito publicado por el medio electrónico coveractionmagazine.com, indica que Antonio (Tony) Hernández, quien fuera diputado en Honduras durante el 2014-2018 está tambien vinculado con el corrupto jefe de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos Bonilla Valadares. Hernández fue encontrado culpable de importar hacia los Estados Unidos 200 mil kilogramos de cocaína y sentenciado a cadena perpetua
En estas elecciones, el candidato de la oposición más cercano en votos a Xiomara Castro, figura a su vez mencionado en el escándalo de los “Papeles de Panamá” y en el desvío para beneficio propio de alrededor de $1 millon en fondos públicos de la ciudad de Tegucigalpa. Nasry Asfura ha aceptado su derrota en los comicios. Sin embargo, tales expresiones no suponen necesariamente la aceptación por parte de las fuerzas armadas, de los sectores vinculados al narcotráfico y la derecha política en Honduras del resultado de las elecciones. De ahí la importancia de Castro mantener unidos los sectores que logró aglutinar tras su candidatura en los meses siguientes a su mandato. Los pasos que de la presidenta electa, el desarrollo de alianzas con sectores populares, sindicales, políticos y comunitarios es un elemento esencial a la permanencia de su futuro gobierno. El acompañamiento que logre tener la presidenta electa de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en su futuro gobierno, también será una pieza importante en su permanencia, sin interferencias golpistas futuras, para su gobierno. Habrá que ver los cambios que impulse la nueva presidenta y las reacciones de la oposición “a los mismos.
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