Sábado, Noviembre 23, 2024

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La visita del Papa a Puerto Rico, USA

jmurienteLos representantes de Juan Pablo Segundo en Puerto Rico fueron claros desde un principio. El Papa no se entrevistaría con el gobernador Carlos Romero Barceló, porque ni el Estado Libre Asociado es reconocido como Estado soberano, [...]

ni un simple administrador colonial tiene jerarquía de jefe de Estado. Cuando mucho, un apretón de manos se darían al bajar el pontífice católico del avión, si es que Romero formaba parte de la comitiva de recepción.

El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, fue quien seleccionó a quienes recibirían al papa. Encabezaba la comitiva el Secretario de Estado de ese país, George Schultz. También estaba presente el embajador yanqui ante El Vaticano, William Wilson y por aquello del protocolo, Romero, Baltasar Corrada, Ferré, etc.

El avión papal procedente de Santo Domingo aterrizó en la base Muñiz, que es una instalación de la Fuerza Aérea de estados Unidos. Es la misma donde hace unos años volaron al más allá nueve aviones de guerra a manos de un exitoso operativo de los Macheteros. Paradójico, ¿verdad?, que al “peregrino de la Paz” le correspondiera llegar a una base de agresión y de guerra.

Fue impresionante el sistema de seguridad, encabezado por el Servicio Secreto de Estados Unidos, el FBI, la Guardia Nacional de Estados Unidos y la policía “local”. Desconfiados, racistas, “eficientes”, hicieron gala de su desprecio a los medios de comunicación y a nuestro pueblo.

Sobre el beso papal seamos precisos. Juan Pablo II besó territorio ocupado por los enemigos de la paz. Ese cemento caliente, lleno de residuos de aceite y gasolina sobre el que posó sus labios el jerarca católico, sirve de asentamiento a pájaros de guerra que sólo por un instante cedieron el espacio al pacífico 747 de Al Italia.

Luego, los himnos. Tres: El Vaticano, Puerto Rico y Estados Unidos. Por cierto, a Romero—¡hay que perdonárselo, porque el protocolo no es su fuerte!— se le olvidó poner la mano derecha sobre su corazón. Ese recio y a la vez tierno corazón donde—ya tendremos oportunidad de constatarlo alguna vez— tiene inscrito el nombre de su patria.

Maravilla de maravillas, la limosina que el jefe de Estado de Estados Unidos prestó a su colega el jefe de Estado de El Vaticano, fue traída especialmente para la ocasión.

El préstamo incluía banderas y todo: las de los dos Estados soberanos (Estados Unidos y El Vaticano) que protagonizaban el histórico encuentro, naturalmente.

Raudo y veloz—iban los federales al volante—en el súper carro del presidente Reagan fue el jefe de la iglesia Católica al encuentro de la multitud que le aclamaba y que le brindaba los sentimientos más puros. Únicamente aquello fue distinto a lo precedente. Sólo allí estaba, dentro de todo ese escenario híbrido e importado, Puerto Rico. El Puerto Rico latinoamericano “…en cuyo contexto estáis situados…”.

La televisora estadounidense CNN-Canal 21 estuvo muy atenta al gran acontecimiento del 12 de octubre pasado. Así lo hicieron saber a los televidentes, al reseñar la visita del Papa Juan Pablo Segundo al “…Spanish speaking American territory of Puerto Rico”. Certeza y precisa explicación del lugar, muy a lo estadounidense.

Schultz no pudo estar para la despedida del distinguido visitante, que pisaba territorio estadounidense por vez primera, desde que Estados Unidos y El Vaticano restablecieron relaciones diplomáticas hace unos meses. Pero dejó a otros para que le acompañaran en el inicio de su regreso a Roma.

No sabemos si al Papa le habrán hecho llegar el lujoso portafolio que entregara la “Commonwealth of Puerto Rico Tourism Company” a “”our visitors from the news media”. Encabezado por la hermosa foto de un atardecer costanero en azul y blanco, incluye fotos con suficiente información como para que podamos disfrutar sin problemas en esta tierra elegida de Dios.

Sobre la foto playera, en letras grandes, PUERTO RICO, Más abajo, como en cada uno de los folletos informativos, la clave más importante, la indicación necesaria, imprescindible, del lugar visitado por Juan Pablo Segundo y el “news media”: PUERTO RICO, USA.




Este artículo fue publicado originalmente en el periódico Claridad, edición del 19 al 25 de octubre de 1984—hace casi 27 años—; y reproducido luego en el libro La palabra comprometida (1979-1999) Artículos, ensayos, discursos, entrevistas, carta, que se publicó en el año 2001. Se me ha ocurrido sacarlo del cajón de los recuerdos, ahora que se habla de la beatificación y quién sabe si posterior santificación, de este personaje ya histórico.)

Fundación Juan Mari Brás

 

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