Escrito por Wilma E. Reverón Collazo / Copresidenta del MINH
Todos y todas debemos sentir gran regocijo por el logro de movilizar miles de puertorriqueños de todas las edades, ocupaciones, profesiones, género, orientación sexual, afiliación o desafiliación política, ideología, credo o no creyentes. Es la primera movilización verdaderamente masiva de esta jornada de lucha que apenas comienza contra la Junta de Control Fiscal, por la auditoría de la deuda, por los derechos laborales, de las mujeres y las comunidades, en fin, por los derechos de este Pueblo.
A pesar de que eran varias organizaciones movilizando y que incluso había dos tarimas y dos actos, al final resultó para bien ya que como era tanta gente una sola tarima, en ese espacio, no hubiera podido llegar a las miles de personas que disfrutaron de los mensajes y actos artísticos de ambas tarimas. Para el futuro pensemos en que con la tecnología de las pantallas de proyección podría darse una gran concentración con una sola tarima, si es que algún día termina la maldita división en el movimiento sindical. Ese día va a llegar porque el pueblo lo reclama y lo exige. Esa será una importante segunda etapa en este momento de lucha.
Los sindicatos estarán divididos pero el pueblo está cada vez más unido. La mayoría del pueblo presente en la marcha desconocía cual era la razón para dos tarimas. La mayoría del pueblo no distingue entre el carácter nacional o “internacional” de los sindicatos. Por eso todavía hay tiempo para forjar esa unidad sindical que se proyecte unida en un solo propósito: salvar al país de una junta dictatorial, antiobrera, oligárquica, imperialista y colonialista. Una junta saqueadora del patrimonio del pueblo de Puerto Rico, que viene a saquear para beneficio de los fondos buitres, los Paulsons de la vida y el capitalismo carroñero. Por eso ese paso de unidad sindical, aunque las uniones representen un 8 por ciento de la clase trabajadora, es fundamental, porque tiene un efecto multiplicador. Porque ellos, los capitalistas, están bien unidos y por lo tanto los que lideran la clase obrera de este país no pueden andar desunidos cuando hay unos objetivos de luchas tan claros y coincidentes. Porque la organización de la clase obrera es indispensable y en este momento, en que todos los trabajadores privados y públicos están siendo atacados y despojados de sus derechos, es terreno fértil para organizar en la empresa privada y fortalecer en la pública.
En cuanto a los eventos que se suscitaron luego de la gran marcha del pueblo existen más interrogantes y teorías que respuestas y hechos claros. No dudo que haya elementos tipo Alejandro González Malavé detrás de todo esto, pero hay también jóvenes que creen en otros tipos de luchas, que tienen formaciones ideológicas distintas como la anarquista. Históricamente se ha dado un quiebre entre los movimientos socialistas de orientación marxista-leninistas y los de ideología anarquista en cuanto a tácticas y estrategias. La Guerra Civil de España es un marco de referencia ilustrador. Pero ciertamente la mayoría del pueblo que se congregó el Primero de Mayo no tiene conocimiento de esas diferencias ideológicas y no lo van a analizar desde esa perspectiva. Desde el punto de vista estratégico a largo plazo en estos momentos opino que fue un error político y como me comenta un compañero criminalista, le ponen en la mano al gobierno las razones para criminalizar las protestas mediantes las enmiendas al Código Penal. Hay que obrar con cautela y suspicacia sobre todo en las organizaciones de los jóvenes. No se puede perder el foco de cuáles son los objetivos a largo plazo por el frenesí del momento. Cautela, suspicacia e inteligencia política es lo que manda el momento.
A la par en que se fortalece el movimiento de pueblo por sus derechos laborales, hay que fortalecer los esfuerzos de alianzas en torno al tema del estatus. El Junte Soberanista ha sido un buen comienzo, pero tiene que fortalecerse ampliándose y redoblando sus esfuerzos educativos. Hay un pueblo ávido de información, con muchas preguntas y pocas respuestas claras. El plebiscito nos la puso en la mano, siempre claros de que no era un evento plebiscitario porque la independencia, como decía Juan Mari Brás no se plebiscita. La participación antes como el boicot ahora, tienen un objetivo principal y fundamental: educar sobre la soberanía en sus dos vertientes, libre asociación e independencia. Todas las actividades que se convocan son concurridas. Hay deseos de trabajar en torno al tema de la soberanía desde una alianza soberanista.
Hay gente ya pensando en el 2020. En estos momentos entiendo que no debemos desviarnos del objetivo de la educación pensando en temas electorales. Esto todavía es una formación incipiente, en construcción. Los temas electorales nos dividen, el objetivo soberanista nos une. Hay que crear una gran alianza de pueblo y para eso hay que reforzar los esfuerzos educativos. El país está pasando por una transformación, esperemos que gloriosa como decía Don Pedro. Los cambios en la conciencia suelen darse así, después de años acumulando y nutriéndose de pequeños esfuerzos que se juntan y multiplican en un momento dado. Así fue en Vieques, así ha sido con la lucha por la excarcelación de Oscar.
Tenemos las condiciones para que se monte esa Gran Carpa en la que quepamos todos de la que lleva años hablando Oscar. Oscar ciertamente va a servir de pegamento en estos momentos cruciales. Estemos a la altura del mismo.
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