Sábado, Noviembre 23, 2024

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Los fondos buitres: Argentina no está sola en su problema con los bonistas

buitresMientras en el plano internacional escuchamos de la lucha que libra la República Argentina contra los tenedores de los llamados ¨fondos buitres¨, sobre nuestra economía insular pudiera estar incubándose un problema similar.

 

Dentro de la profundización de la situación económica del país, la cual nos ha sumido en una profunda depresión económica que ya sobrepasa su octavo año consecutivo con índices negativos de crecimiento, durante los pasados meses, las casas acreditadoras que fiscalizan las emisiones de bonos del gobierno de Puerto Rico, en forma consistente, han mantenido una política dirigida a degradar nuestro crédito en los mercados internacionales.

Desde que el gobernador Alejandro García Padilla llegó a la Fortaleza, las casas acreditadoras de los bonos emitidos por el Gobierno de Puerto Rico, donde la deuda pública ya rebasa los $78 mil millones, han degradado los mismos a nivel ¨chatarra¨ creando con ello una pérdida estimada en el valor de sus inversiones a los bonistas de algunos $6 mil millones. Se trata de un mercado de inversiones donde el 60% de los tenedores de dichos bonos son puertorriqueños que a lo largo de sus vidas productivas colocaron sus ahorros en estos bonos procurando mayores rendimientos para ser utilizados en muchos casos en su vejez.

Como resultado de la devaluación del valor de estas inversiones, sus tenedores se han lanzado al mercado a intentar vender los mismos  especuladores que compran tales bonos por un valor sustancialmente menor, para luego de un tiempo, de surgir un repunte en los mercados, obtener sustanciales ganancias como resultado de la reventa de los mismos. En el proceso, estos especuladores, además, asumen el control de empresas estatales e imponen al gobierno nuevas condiciones de pago del llamado ¨Servicio de la Deuda¨, lo que de inmediato, resulta también en el corto plazo en ganancias resultado de las economías que tendrán que hacer tales agencias en sus operaciones, ganancias estas que en la mayoría de los casos se obtienen a base de la degradación de los términos y condiciones de empleo de sus empleados, o de la degradación de los servicios públicos que tales agencias vienen llamadas a ofrecer al pueblo. En el caso de Puerto Rico, en tan solo 18 meses, vemos sus efectos en la entrega del aeropuerto Luis Muñoz Marín a una empresa de capital mexicano; a la reestructuración de los sistemas de retiro del Gobierno de Puerto Rico, la Judicatura y el de los Maestros; a la aprobación de la Ley de Sostenibilidad Fiscal (Ley 66-2014) y la reestructuración de la deuda de las corporaciones públicas, principalmente la Autoridad de Energía Eléctrica.

En el plano internacional la situación no es muy diferente. Hemos visto como los procesos de reestructuración de la deuda en países como España, Portugal, Islandia y Grecia, por solo mencionar algunos, ha conllevado medidas que han ido dirigidas a los sistemas de pensiones, salarios, servicios públicos esenciales y el empleo, mientras los beneficios económicos producto de tales reestructuraciones han ido como beneficios a la banca y al sistema financiero controlado por los mismos que reestructuran las economías afectadas.

Como indicamos, en el marco de nuestro Hemisferio, uno de los casos más conocidos es el de Argentina, donde hoy la lucha que se libra por parte de dicho país contra los llamados Fondos  Buitres, es una lucha que se ha convertido en bandera de combate para el resto de los pueblos de América Latina. De acuerdo con la ¨enciclopedia libre¨ de Wikipedia, un fondo buitre ¨es un fondo de capital de riesgo o fondo de inversión que invierte en una deuda pública de una entidad que se considera cerca de la quiebra.¨ De acuerdo con el periodista Alcadio Oña—indica la publicación-- ¨el modus operandi de los fondos buitres consiste simplemente en comprar en el mercado deuda de Estados y empresas al borde de la quiebra, normalmente al 20% o al 30% de su valor nominal (su valor facial), y luego litigar o presionar por el pago del 100% de este valor.¨

Se trata de cómo el capital establece sus ganancias, ya no como en un principio lo hacía el capital productivo, sino estrictamente sobre bases especulativas. De esta manera, por ejemplo, en el caso de la República Argentina, que tras los gobiernos de Carlos Menen y Fernando de la Rúa sumieron al país en el neoliberalismo económico, endeudando su economía, mientras los sectores oligárquicos y del capital financiero sacaban del país y depositaban en cuentas privadas secretas decenas de miles de millones de dólares, el incremento en la deuda pública llevó al país al borde del precipicio creando así una de las peores crisis económicas de su historia. Se calcula en cientos de miles de millones de dólares el monto de la deuda pública que asumió el país.

Desde la llegada al poder de Néstor Kirchner y más adelante con la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Argentina suspendió inicialmente el pago de la deuda para así, más adelante renegociar la misma logrando su objetivo con el 93% de sus acreedores. Con relación a ellos, el gobierno argentino ha procedido responsablemente honrando sus pagos. Sin embargo, una fracción minoritaria de sus acreedores, que sencillamente prefirieron mantener sus expectativas de pago sin renegociar sus condiciones, en momentos en que Argentina ha consignado el dinero para el pago a la mayoría de los acreedores bajo los nuevos términos renegociados, se han movido a los tribunales federales en Nueva York para cobrar de esos fondos el 100% de la deuda por su valor nominal inicial y no por el valor pagado al momento de la compra especulativa.

Se estima que a finales del mes de junio de 2014, Argentina había depositado en el Banco Mellon en la ciudad de Nueva York la suma de $539 millones para el pago a la mayoría de sus acreedores a partir de la renegociación de su deuda y sus próximos compromisos de pago. Por eso la presidenta argentina ha catalogado a estos especuladores como ¨depredadores sociales globales¨. Desde que Argentina renegociara su deuda, indica la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en ocasión de la Cumbre del Mercosur, el país ha pagado $190 mil millones de su deuda.

Se indica que el nombre dado a estos fondos de ¨fondos buitres¨ es porque al igual que hace el ave de donde proviene el nombre, sobrevuela por mucho tiempo su presa hasta que la ve morir y descomponerse, para luego alimentarse de la carroña. En el caso de la deuda de países soberanos, conseguir su cometido, además, compromete precisamente la soberanía de los pueblos afectados, sometiendo así a sus designios los gobiernos de estos países.

Argentina no es el primer caso en América Latina. Durante la década de 1990 ocurrió algo similar con la República de Perú. Ya nos dice Emir Sader  en su artículo publicado en ALAI bajo el título de Neoliberalismo y fondos buitres, que según Carlos Marx, ¨el capital no está hecho para producir, sino para acumular.¨ De ahí que señale, que una vez el capital trascendió su período en el cual la ganancia provenía de su capacidad productiva, ¨el capital se dirigió, masivamente, hacia la esfera financiera, donde gana más, tiene liquidez total y ejerce fuerte presión sobre los gobiernos.¨ Por eso, años más tarde, analizando precisamente esa nueva etapa del capital, donde se funde el capital bancario con el capital industrial productivo, Lenin le caracterizara como imperialismo, destacando así esa etapa superior del capitalismo como capital financiero.

La experiencia de Argentina debe abrirnos los ojos a los puertorriqueños, particularmente en momentos en que, por ejemplo, la prensa anuncia con relación a una empresa como es la Autoridad de Energía Eléctrica, que los inversionistas en el mercado de bonos han accedido a renegociar la deuda y diferir su pago en principal e intereses hasta el mes de marzo de 2015. Se indica en la edición del pasado viernes del periódico Metro que parte de las condiciones impuestas a la AEE ha sido la exigencia de una reestructuración de la empresa. En dicha edición se indica que el acuerdo alcanzado con el 60% de los bonistas conlleva el nombramiento de un síndico (oficial de reestructuración), donde la AEE deberá abonar el pago de intereses mensuales aumentando los mismos de 7.5% a 9% y difiriendo el pago de principal por un valor de $671 millones hasta 31 de marzo de 2015. A su vez la AEE estaría desplazando una reserva de $280 millones destinada a fondos de construcción para gastos corrientes y flujo de capital.

Como puede verse, de lo que se trata no es de modificar en beneficio de la AEE el monto de su deuda, o del diferimiento en su pago, sino un negocio en el cual el 60% (no el 100%) de los bonistas difieren por varios meses el pago de la deuda que está al cobro, a cambio de un aumento en el porciento de intereses. De todas maneras la AEE quedaría sujeta al pago de la totalidad del principal. Se trata de otra manifestación de la ganancia especulativa a la cual nos referimos antes. Al final del camino, repetimos, los pagos en intereses no abonan nada al principal.

Ya desde el año 1985, durante un evento efectuado entre el 30 de julio y el 4 de agosto, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, evaluando precisamente el funcionamiento especulativo de los mercados financieros internacionales sobre las economías de los países en desarrollo, advertía que la deuda pública era impagable. Con relación a la deuda acumulada a esa fecha por América Latina, indicaba que el pago de la totalidad de los intereses acumulados durante 10 años—intereses, no principal—le tomaría a nuestro continente 12,860 años. Por eso hacía un llamado a los países latinoamericanos a repudiar la deuda y las imposiciones que de ella se derivan bajo la premisa que con lo pagado hasta entonces, ya el principal se había saldado varias veces.

Hoy los países en desarrollo y algunas economías que antes se preciaban de ser economías desarrolladas sufren el mismo flagelo. A la larga, más que los países, quienes sufren las consecuencias de las deudas impuestas por sus gobiernos neoliberales son sus pueblos. Por la misma razón, es desde ellos mismos desde donde deben provenir las respuestas. Así lo han comprendido los países denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sur África) cuando para enfrentar el reto han decidido establecer un  Banco de Desarrollo para el sur del mundo donde sobre bases diferentes, no estrictamente especulativas, se ofrezcan opciones de financiamiento a los países en vías de desarrollo.

El ejemplo dado por el pueblo argentino en apoyo a la defensa de la soberanía de su país frente a los fondos buitres y la decisión de su gobierno en la defensa de su soberanía nacional nos ofrecen una ruta alterna.


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